Las antologías: una historia de éxito editorial
Las antologías son volúmenes que recopilan una serie de obras en base a un tema. Las obras antologadas pueden ser ensayos, cuentos, poemas u obras de teatro, recopiladas por un editor o un comité designado a tal efecto. Erróneamente se le llaman “antologías” a los recopilatorios de un mismo autor, cuando el término correcto en este caso debería ser “colección”.
De hecho, las antologías son muy anteriores como forma literaria a las novelas. Mientras estas últimas no aparecieron hasta el siglo XI, el “Clásico de la poesía” o “Libro de la canción”, antología de poesía china, fue compilado entre los siglos VII y XI a . C. El término “antología” deriva del griego y significa guirnalda.
La antología durante el siglo XX
Aunque la antología existía desde antes, tuvo su máxima expresión como forma literaria durante el siglo XX gracias al desarrollo de la industria editorial.
Sus ventajas para el marketing son innegables, pues:
- Permite vincular a los escritores noveles con nombres más arraigados en el gusto del público.
- Por su extensión las antologías son obras más breves, por lo que se pueden recopilar y monetizar de forma fácil.
- Los lectores pueden descubrir autores con estilos diferentes en torno a un mismo tema.
Otro aspecto positivo de las antologías es que comenzaron a emplearse con fines educativos. Ejemplo de ello es “La Antología Norton de la literatura estadounidense”, lanzada en 1962 y que se convirtió en una herramienta de consulta en las aulas de todo el mundo.
El dinero detrás de las antologías
Las antologías constituyen aún un actor importante en la literatura de ficción. En especial, los escritores de misterio y ciencia ficción se ven favorecidos por la promoción que obtienen al ser incluidos en este tipo de forma literaria. Pero también constituyen una fuente rentable de ganancias para los editores.
Cuando un antologador —que en muchas ocasiones participa también como autor— presenta a un editor el proyecto de antología, suele venir apoyado por 2 o 3 autores de renombre. El editor entrega al antologador un anticipo para incentivar a otros escritores a unirse a la obra, usualmente por un pago único o incluso de forma voluntaria y gratuita, solo por la promoción que significa hacer equipo con otros grandes autores.
Cabe destacar que por lo general las antologías se componen de obras publicadas o difundidas —o fragmentos de estas, siempre y cuando el autor conserve sus derechos—, así que una antología puede enmarcarse dentro de la categoría de recopilación o un muestrario.
No obstante, también puede estar integrada por obras inéditas hasta el momento, en cuyo caso el compilador discute sobre el pago de los derechos por su cuenta, sin que la editorial intervenga directamente en la negociación.
De esta forma, lo que resta es aplicar su propia tarifa como editor, por lo que la editorial no tiene por qué pagar regalías a los autores incluidos en la antología, a menos que lo haya pactado directamente con los autores incluidos. Esto significa grandes ganancias netas para la editorial, con un riesgo de pérdidas muy bajo: en dependencia del renombre del antologador y los autores de puntería incluidos, estas obras se venden como pan caliente y son bien aceptadas por los lectores.
Claro que el papel del antologador no se limita a seleccionar, editar y ordenar las obras incluidas: también incluye en la antología notas, comentarios, lecturas críticas y cualquier otro elemento didáctico que aclare el contexto de cada elemento de la antología.
Antologías más influyentes en la literatura moderna
Como forma, muchas antologías han tenido una particular relevancia en la historia de la literatura. He aquí tres ejemplos notables de cómo un compendio de las obras de varios autores han logrado cambiar la forma de leer de las generaciones que las sucedieron.
“Georgian Poetry” (1912 y 1922), editado por Edward Marsh
Integrada por 5 volúmenes, esta serie recopiló el trabajo de una generación de poetas ingleses a partir de 1910.
Aunque surgió como una especie de broma, al final esta antología fue un punto de inflexión en el mundo editorial, porque probó que reunir un grupo de autores bajo una misma marca se podía lograr un éxito comercial superior al que se puede obtener publicando a los escritores por separado.
“Literature of Crime ” (1952), antologado por Ellery Queen
Los primos Daniel Nathan y Emanuel Benjamin Lepofsky, bajo el seudónimo de Ellery Queen, elevaron con esta antología el cuento policíaco a género literario.
Antes el policiaco se circunscribía a libros de bolsillo baratos, pero esta antología descubrió para sus lectores a autores de talla universal que no se asociaban por fuerza al género, como Aldous Huxley, Charles Dickens, Ernest Hemingway, John Steinbeck, Mark Twain y muchos otros.
“Visiones peligrosas” (1967), compilada por Harlan Ellison
Gracias a esta antología se acuñó el término “Nueva Ola” dentro de la ciencia ficción, que despojó del estigma que hasta ese momento tenía el género como literatura de poca calidad.
Visiones peligrosas reunió las voces más importantes de esta época, con un enfoque serio y desprejuiciado en torno a temas que antes se consideraban tabú dentro del género, como el sexo, las drogas y la muerte. Innovadora y desafiante, esta antología marcó un antes y un después para la ciencia ficción.
Atmósfera Literaria, hasta el momento, no ha incursionado en esta forma literaria, aunque sí ha publicado varias compilaciones de cuentos como Fuegos Fatuos, Llevarás luto por Franco y otros relatos, Como guarandol de a peso, Crimen sin castigo o Liberación prolongada.
Como lector: ¿te gustaría que compiláramos una antología sobre el neopolicial cubana? Si es así, déjanos un comentario sobre el tema.