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¡Cuidado con la coma criminal!

Uno de los errores más comunes entre los escritores nóveles es el mal uso de los signos de puntuación y, sin dudarlo, la coma es el signo ortográfico más abusado y mal usado.

Claro, como es gratis ponerlas aquí y allá, a veces olvidamos que su función dentro del texto es la de indicar una pausa breve dentro de la lectura. Esta pausa puede ser fonética o no y uno de los quebraderos de cabeza del escritor es entender si ha de ponerla o no.

Por cuestiones de estilo, el uso de la coma en un determinado lugar del enunciado puede depender del gusto o de la intención de quien escribe. También hay comas obligatorias en un escrito para que este pueda ser correctamente leído e interpretado.

Pero hoy queremos referirnos a una coma que no debe aparecer en un manuscrito: la coma criminal.

La coma criminal

Vale: es cierto que en Atmósfera Literaria amamos el género negro, pero esta coma criminal no tiene relación con policías y asesinos.

Su nombre, fue acuñado por el lingüista Alfredo Valle Degregori. Es una coma que entorpece el flujo de la lectura, colocada entre el sujeto y el verbo, o entre el verbo y el objeto. Esta coma produce una pausa artificial e indeseada.

Coma criminal entre sujeto y verbo

Empezamos por el caso más sencillo de detectar, pero también el más común. Observa la siguiente oración:

Tras llegar a la casa, la chica, se preparó la comida.

La coma después de «chica» está de más, creando una pausa inútil y por demás interrumpiendo la fluidez de la lectura. Es obvio que si la eliminamos la frase se lee mejor:

Tras llegar a la casa, la chica se preparó la comida.

Pero ojo: también se puede incurrir en el error de la coma criminal por omisión. Mira este ejemplo:

Tras llegar a la casa, la chica, aunque no tenía demasiada hambre se preparó la comida.

Al introducir la información adicional «aunque no tenía demasiada hambre» estamos añadiendo un inciso o acotación que debe ir entrecomillado. ¿No quieres usar más comas, o no estás seguro? Puedes destacar la acotación usando paréntesis o rayas:

Tras llegar a la casa, la chica, aunque no tenía demasiada hambre, se preparó la comida.

Tras llegar a la casa, la chica (aunque no tenía demasiada hambre) se preparó la comida.

Tras llegar a la casa, la chica —aunque no tenía demasiada hambre— se preparó la comida.

Ten en cuenta que esa información extra demanda pausa a la hora de hablar o leer, por lo que debe ponerse un signo de puntuación para clarificarla.

Coma criminal entre verbo y objeto

La coma criminal también puede deslizarse entre el verbo y el objeto con el que está directamente conectado. Veamos este ejemplo:

La desganada chica sacó, el sartén de la alacena.

Aquí la coma se (mal) introduce entre el verbo «sacar» y el objeto «sartén». El objeto necesita estar intrínsecamente unido al verbo que lo modifica, así que en este caso la coma criminal resalta por cortar la fluidez de la oración. En este caso:

La desganada chica sacó el sartén de la alacena.

No se requiere de coma alguna para que la frase pueda leerse y comprenderse sin dificultad. Si se combina con un inciso, la coma criminal puede obscurecer todavía más una frase:

La desganada chica sacó, luego de revolver un poco el sartén de la alacena.

Cuando este error se comete en un texto de manera muy frecuente, el lector termina con dolor de cabeza al tratar de identificar de que va la acción. La forma correcta sería:

La desganada chica sacó, luego de revolver un poco, el sartén de la alacena.

Tampoco proclamo que sea la construcción de frase más acertada del mundo, pero por lo menos podemos afirmar que es correcta y comprensible. En mi caso hubiera preferido mover el inciso al principio o al final de la oración:

Luego de revolver un poco, la desganada chica sacó el sartén de la alacena.

La desganada chica sacó el sartén de la alacena, luego de revolver un poco.

Evitando esta incómoda coma

Por desgracia, no hay ni una regla ortográfica ni un macro de Word que nos permita librarnos de este error de forma automática. Es tarea entonces de poner atención a la medida que escribimos, para luego revisar cuidadosamente que no se nos escape ninguna cuando corregimos el manuscrito.

Como muchos signos de puntuación, acá la experiencia es la que dicta si una coma debe incluirse o no. Quizás la forma más efectiva de percatarnos de la coma criminal es un consejo que vengo repitiendo en cualquier ocasión, porque siempre va a ser válido: lee tus textos en voz alta, remarcando las pausas de las comas. Cuando algo no funciona en la lectura, de seguro contiene un error. En el caso de la coma criminal detectarás un parón en la fluidez del texto.

Puedes comenzar por este mismo artículo: he dejado una coma criminal a posta, para ver si has aprehendido los consejos que te he dado.

¿Dónde está? Dímelo en los comentarios.

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