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Diseñando puntos de giro efectivos

Los puntos de giro son esos momentos cruciales que modifican el cauce de una trama y llevan a los personajes a tomar decisiones capitales dentro de la historia. Porque un relato no solo depende de crear personajes atractivos, sino enfrentarlos a decisiones que modificarán su arco de personaje.

Los puntos de giro crean interés y tensión en el lector, mantienen el ritmo y la coherencia de la historia y generan eventos dramáticos que sin dudas enriquecen la trama. Entender cómo funcionan y de qué modo dosificarlos es un elemento clave para un relato de cualquier género.

El punto de giro y la trama

Trama y puntos de giro están en relación directa, pues los segundos cambian el rumbo de la trama, impulsando la historia y creando interés en el lector. Como indica su nombre, son eventos que alteran la historia, haciéndola marchar por un cauce diferente al que tenía antes.

Para mayor claridad, recuerda el momento en que hieren a Don Corleone en «El padrino». Eso obliga a Michael, que hasta el momento no quería involucrarse en los negocios de la familia, a tomar un rol de protagonismo.

Claro está, es tan malo tener muchos puntos de giro como no tener ninguno. Tampoco se le puede pedir a un lector que siga decenas de veces cambios trascendentales en la historia, porque su foco de atención no debe ser zarandeado sin ton ni son. Normalmente, las buenas tramas tienen tres puntos de giro principales.

Los tres puntos de una buena historia

El primero de ellos es el punto de giro inicial. Este establece el escenario y presenta al protagonista, para luego definir el conflicto central.

Luego, tenemos el punto de giro medio. Como su nombre indica, se establece sobre la mitad de la historia e implica una crisis grave o una confrontación con el antagonista de los personajes protagónicos.

Por último, tenemos al punto de giro final, donde se resuelve el conflicto central de la historia y conduce al desenlace.

Y sí: estos puntos de giro pueden relacionarse con las partes canónicas de un relato de introducción- nudo- desenlace, y de hecho marcan los límites de estas secciones dentro de la historia (que deben ser aproximadamente iguales en extensión, nunca está de más repetirlo).

Claro que en una trama de gran envergadura (una novela o una serie televisiva) puede haber muchos otros puntos de giro secundarios, lo cual es especialmente cierto para la novela negra y la novela policiaca. Lo importante es que el autor logre distribuirlos de forma adecuada para que toda la trama sea coherente e interesante al mismo tiempo.

Giro, inflexión y clímax

Estos tres términos suelen confundirse, así que vamos a definirlos de manera apropiada.

El punto de giro es un evento dramático en la trama que cambia su curso e implica que el personaje tendrá que tomar una decisión significativa. Por ejemplo, un investigador descubre que el asesino que busca es su propio padre: tendrá que tomar la decisión si encubrirlo o entregarlo a las autoridades.

Por otra parte, el punto de inflexión es un evento inesperado que altera en algo la vida del protagonista, pero no es un cambio trascendental. Se emplean más bien para definir la psicología del personaje. Digamos que por la obsesión enfermiza de encontrar al asesino, el investigador es retirado del caso y pierde su placa y su arma. Eso obstaculiza su trabajo, pero no por ello va a abandonar su investigación.

El clímax es el momento final de la historia, el punto álgido de la tensión dramática. Es el choque entre las fuerzas enfrentadas, donde se resuelve definitivamente el conflicto principal de la trama. En nuestro caso, el investigador confronta a su padre y, luego de un intercambio de disparos, termina matándolo para que nunca se conozca su secreto.

¿Cómo construir buenos puntos de giro?

Recuerda que los puntos de giro están relacionados a la tensión dramática, así que si quieres salpimentar tu historia, es un recurso imprescindible. Considera estos 7 aspectos para introducirlos en tu obra literaria:

1. Los puntos de giro tienen que estar relacionados con el conflicto principal de la historia y afectar a los personajes principales.

2. Antes de introducirlo, crea un aire de tensión y anticipación. El lector debe intuir que va a pasar algo importante, solo que no debe saber qué. En este sentido, combinar cliff hangers al final de un capítulo con puntos de giro en el siguiente es una maniobra eficaz.

3. El punto de giro tiene que tener consecuencias significativas para los personajes y la trama, y debe provocar decisiones que afecten el rumbo de la historia.

4. El punto de giro debe ser anticipado, pero inesperado en su naturaleza para aumentar la emoción y la sorpresa en el lector.

5. El punto de giro, aunque inesperado, ha de ser coherente con la trama: nada de conejos en el sombrero ni intervenciones divinas a lo Deus ex machina. El giro, aunque trascendental, tiene también que ser orgánico.

6. La ironía y el simbolismo son elementos que agregan capas de lectura al punto de giro. Bien empleados, lo enriquecen.

7. Los puntos de giro, no obstante, no tienen que ser grandiosos o espectaculares. En ocasiones, los mejores puntos de giro son aquellos que afectan a los personajes de forma emocional y muy personal, obligándolos a tomar una decisión.

Y tú, ¿fuiste capaz de identificar el punto de giro en esa película que viste hace poco? ¿En el libro que estás leyendo? Identificar en otras obras esas situaciones que alteran la historia y fuerzan a los personajes a tomar decisiones que cambian su cauce es vital para un escritor. Estudiando cómo otros lo hacen, podrás incorporar con mayor efectividad este recurso a tus propias tramas.

Lo demás es tiempo, práctica y un poco de ese arte que llamamos oficio de escritor.

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