Sobre Los vándalos: descenso a un infierno personal
La corriente literaria denominada Nueva Novela Negra Cubana abarca a autores de dicha isla y tienen en común una manera nueva de narrar historias de misterio, sean policíacas o no. Dentro de ella, Reynaldo Cañizares con Los vándalos (Atmósfera Literaria, 2014) demuestra por mérito propio su pertenencia, con una obra llena de intriga psicológica, humor negro, filosofía callejera y obsesión.
El autor construye una trama psicológica que supera a la mera disposición situacional de los personajes o lugares. El pensamiento del narrador-protagonista abarca toda la novela, y a partir de sus ojos contemplaremos el devenir de los personajes, en muchos casos verdaderamente trágico.
Estamos, por lo tanto, ante una historia llena de equívocos, de evocaciones, de melancolía, de errores, de poesía urbana. En fin, de novela negra en su esencia más pura y a la vez más original.
De la mano hacia el remordimiento
La novela comienza presentándonos a un policía cuyo sentido de la vida se sustenta en tres espíritus guardianes: el recuerdo de Margarita, la necesidad de salir a las calles a cazar criminales y el sentido del deber, aunque este se ve claramente bombardeado por la muy poco amigable personalidad de su superior, el teniente Suazo.
El protagonista, a la vez que nos retrata las situaciones, se nos demuestra como un ser nihilista y noctámbulo que vive atormentado por una traición. Hace años en la Universidad delató a su exnovia Margarita porque le estaba siendo infiel con otra chica. Poco después Margarita era expulsada de la Universidad al grito de ¡Abajo los homosexuales! ¡Fuera Margarita!
Años más tarde, frecuenta los bares nocturnos, buscando la esencia de quien fue Margarita en una chica lesbiana que cada noche se mueve «con gracia espectral entre una multitud de jóvenes de rostros pálidos y descarnados», y es despreciado por sus compañeros de departamento porque creen que él también es homosexual.
Pero precisamente esta mañana el Teniente Suazo le ha hecho un encargo verdaderamente relacionado con él. Una chica ha desaparecido en uno de los bares de ambiente que todo el mundo sabe que nuestro protagonista frecuenta. No se sabe nada de ella, ni siquiera su nombre, pero nuestro protagonista enseguida piensa en Margarita.
El descenso a un infierno personal
Comienza de este modo una trama en la que veremos desfilar a distintos personajes, muchos de La Calle, todos entrenados en el engaño y la actividad ilegal, pero muchos de ellos confidentes de la policía.
Sin embargo, conforme nuestro protagonista avanza en el caso, la red se muestra cada vez más compleja y embrollada. En cierto momento, Luisi, uno de los confidentes, le comenta que dos testigos afirman haber visto a la muchacha desaparecida marcharse con dos hombres distintos, lo cual introducirá la novela por un camino que muchas veces saltará de lo real a la fantasía febril.
¿Es posible que una misma persona haya podido estar a la vez en dos lugares distintos? ¿Se trata de la psicología transpersonal, de la que tanto sabe Emil Rodríguez, al que también conoceremos?
Conoceremos a Patas flacas, una lesbiana que vive de actividades ilícitas. De ella conseguirá información pero, por contrapartida, caerá en una estrecha red que irá devorando poco a poco al protagonista. Conoceremos al Claria, confidente que en más de una ocasión convertirá su información en una pura trampa; al ya mencionado Luisi, que no tiene oficio reconocido pero sabe bien cómo lograr todo aquello que desea; a Jottavich, enemigo personal de Luisi; a El Década, cuyo futuro como prometedor estudiante se vio truncado cuando fue sorprendido permitiendo que un amigo suyo copiara el examen. Incluso viajaremos junto al narrador a través de la transmutación de vivencias y pensamientos, que oscurecerá aún más lo que sabemos de nuestro protagonista y de su perseguida Margarita.
Los personajes se nos irán presentando siempre a través del prisma del protagonista. En muchas ocasiones solo nos ofrecerá retratos fragmentados que irán tomando sentido a través de los capítulos. A menudo una frase nos servirá de llave para suponer algo. Pero en muchas ocasiones esa clave se volverá puro humo gracias a la poética y nihilista narrativa del autor.
La expiación de los vándalos
Muchos de los seres humanos que pueblan esta novela son los peores miembros del lumpen, conocedores de que la supervivencia es el único fin de sus existencias. En parte el protagonista es como ellos, abandonado frente a su propio sufrimiento, vagabundeando a través de los recuerdos dolorosos como un perro sin cobijo. Gracias a su talante melancólico, pero humorístico, el libro se llena del colorido de personajes con los que el lector se identifica. Incluso, obviando la crueldad de sus actos o la franca deshonestidad de su proceder.
Pero es también necesario recalcar que detenernos solo en trazar la trama de esta novela sería describirla de un modo totalmente incompleto. El argumento es una excusa del autor para descubrir al lector la raíz fundamental de la búsqueda, su carácter circular y por tanto infinito, lo que de pura expiación tiene.
La narración fomenta una sensación onírica que hipnotizará poco a poco al lector. Lo introducéndolo en espacios totalmente desconocidos y en muchas ocasiones peligrosos, donde nadie dice la verdad, donde las sombras ocultan los rincones más abandonados del alma. También resulta esta obra una crítica descarnada contra la homofobia, sentimiento del que carece nuestro protagonista… A pesar de que fuera el lesbianismo de su ex pareja lo que lo separó de ella para iniciar esta espiral de dolor, odio y autodestrucción.
Al estilo de la mejor novela negra, la reivindicación queda artísticamente entrelazada con la trama de misterio. En sus páginas sentiremos de cerca cómo el pensamiento único puede arruinar las vidas de las personas; también seremos testigos de cómo la miseria puede aguzar precisamente los sentidos más despiadados.
Sobre el autor y la Nueva Novela Negra Cubana
Reynaldo Cañizares es un autor con múltiples premios y una sólida carrera literaria a sus espaldas. Como decíamos al principio, se ha inscrito por críticos y editores junto a otros autores/as cubanos dentro de la corriente Nueva Novela Negra Cubana.
Como ya se ha explicado alguna otra vez, la NNNC se caracteriza por su innovación en el enfoque de la novela policíaca y de misterio. Esta corriente agrupa a más de veinte autores contemporáneos y que cuenta con nombres relevantes como Leonardo Padura, Lorenzo Lunar o Amir Valle. En ella la narración centra su punto de mira en los mecanismos psicológicos y en el ambiente existencial del personaje. Con ello se logra superar la mera linealidad argumental o situacional de las historias para sumergir al lector en la realidad y la primera persona del mundo creado por el autor.
Se consigue de esta manera aunar belleza literaria, esfuerzo estilístico y denuncia social con obras que conectan de modo muy directo con el lector. A menudo el ambiente onírico de las narraciones reclama para la literatura una mayor explosión de la fantasía para retratar realidades muy exactas. Y en muchas ocasiones totalmente desconocidas para el lector.
“Los vándalos” es una obra crítica pero bella, que denuncia con honestidad, destreza y poesía la decadencia de la sociedad. Esta no solo ha perdido los valores básicos de ética sino también cualquier respeto a la vida. La pasión, la búsqueda, el ansiado reencuentro —a través de la fantasía o de la realidad— nos sitúa ante un laberinto para el cual no tendremos ningún hilo de Ariadna.
Una narración en la que nos tendremos que poner por completo en los zapatos del narrador-protagonista y arriesgarnos a correr su misma suerte. Todo sea por borrar el dolor causado a Margarita, por encontrarla de nuevo entre esta jauría.